Trabajo comunitario para el aprovechamiento alimentario

Trabajo comunitario para el aprovechamiento alimentario

Más de 170 personas usuarias de entidades sociales y servicios de distribución de alimentos participan en espigueos y talleres de cocina para promover la cohesión social y la generación de redes de apoyo mutuo.

Por tercer año consecutivo hemos impulsado el proyecto “Cuina d’espigolament: una oportunitat pel treball comunitari” (“Cocina de espigueo: una oportunidad para el trabajo comunitario”), con el apoyo de la Diputación de Barcelona.

Una iniciativa que tiene como objetivo promover la alimentación saludable y sostenible y el espigueo entre las personas usuarias de servicios de distribución de alimentos, así como entre sus voluntarias. Este año, hemos contado con la participación de cinco entidades de la provincia de Barcelona: Botiga d’Aliments Solidaris de Sant Boi, PAC Badalona, El Rebost de Terrassa, La Botiga del Prat del Llobregat i el Xiprer.

Personas usuarias y voluntarias de la entidad El Rebost de Terrassa durante un espigueo de manzanas

Gracias a este programa, entre los meses de septiembre y diciembre, hemos podido acercar a personas usuarias de diversas entidades a los campos y cocinas para poder utilizar estas actividades como herramientas de trabajo comunitario, promoviendo la cohesión social y la generación de redes de apoyo mutuo.

Un centenar de personas usuarias y voluntarias de las diferentes entidades han venido a los campos para dar una segunda oportunidad a un total de 3.691 kg de frutas y verduras excluidas del circuito comercial por sus imperfecciones: manzanas, rábanos, berenjenas, tomates y pimientos son algunos de los cultivos protagonistas de los espigueos. Gracias a esta actividad, promovemos la participación activa de colectivos en situación de riesgo de vulnerabilidad a la hora de acceder a productos saludables, de proximidad y de temporada.

El espigueo, también, nos permite que las personas participantes se familiaricen con las zonas agrícolas del territorio, conociendo la labor que realiza nuestro campesinado e implicándose en la cultura del aprovechamiento.

Personas usuarias y voluntarias de la entidad PAC Badalona durante un espigueo de rábanos
Personas usuarias y voluntarias de Aliments Solidaris de Sant Boi durante un espigueo de berenjenas

Durante los talleres de cocina nos han acompañado 70 personas. Espacios donde hemos podido compartir recetas de aprovechamiento como nuestros conocidos pancakes de plátano maduro o nuestra boloñesa de lentejas. También, hemos podido intercambiar trucos y conocimientos que cada una de las personas sabía, haciendo crecer nuestro recetario personal. Así, hemos creado entornos seguros para todos y todas demostrando que la cocina de aprovechamiento es una herramienta que nos permite promover la cohesión y el empoderamiento compartiendo saberes e inquietudes en torno a la alimentación sostenible.

Personas usuarias y voluntarias de la entidad Aliments Solidaris de Sant Boi durante un taller de cocina de aprovechamiento

Un agradecimiento especial a todas las entidades participantes por sus ganas de aprender cada día más y hacer que proyectos como estos tomen todo el sentido del mundo.

Botiga d’Aliments Solidaris de Sant Boi, PAC Badalona, El Rebost, La Botiga del Prat del Llobregat i el Xiprer.

Persones usuàries i voluntàries de la Botiga del Prat del Llobregat durant una espigolada de pebrots
Persones usuàries i voluntàries de l’entitat El Xiprer durant un taller de cuina d’aprofitament

Estamos al límite: por qué reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos es necesario para que el sistema agroalimentario se mantenga dentro de los límites planetarios.

Estamos al límite: por qué reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos es necesario para que el sistema agroalimentario se mantenga dentro de los límites planetarios.

Hoy, Día Internacional contra el Cambio Climático, destacamos la urgencia de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos y los impactos ambientales asociados en un contexto en el que se han superado seis de los nueve límites planetarios para la habitabilidad y la estabilidad de la Tierra.

El sistema agroalimentario globalizado e industrializado desperdicia cada año 1.300.000 toneladas de alimentos aptos para el consumo humano, una cifra equivalente a un tercio de lo que se produce en el mundo (FAO, 2011) y que aumenta con cada nuevo estudio que se realiza sobre esta problemática.

Las causes de las pérdidas y el desperdicio de alimentos (PDA) tienen su raíz principalmente en un modelo de producción y consumo de alimentos totalmente desconectado de los límites ecológicos que fomenta, entre otros, la obtención de la máxima producción al mínimo coste o la imposición de estrictos requisitos estéticos que impiden la comercialización de muchas cosechas. Como sociedad, hemos perdido la conciencia del valor de los alimentos, una situación también provocada por la desconexión con la tierra, el territorio y el trabajo de los agricultores.

Detrás de los miles de toneladas de alimentos descartados se esconde un impacto ambiental de grandes dimensiones (FAO, 2013). Cuando se desperdicia un alimento, todos los elementos utilizados en su producción, tales como el agua, el suelo y la energía, también se convierten en residuos, además de generar inútilmente emisiones de gases de efecto invernadero.

Un impacto ambiental que desafía los límites planetarios para la estabilidad y habitabilidad de la Tierra, de los cuales, según los últimos informes publicados, ya se han superado seis. Cinco de ellos tienen una relación directa con el impacto de las pérdidas y el desperdicio de alimentos:

  • Cambio climático: si las PDA a nivel global fueran un país, sería el tercero en emisiones de CO2 de todo el planeta, siendo responsables del 8% de las emisiones a nivel global. Según un informe del proyecto Drawdown (2020),la reducción de este 8% de gases de efecto invernadero mantendría el calentamiento global por debajo de los 2 grados, como se establece en el Acuerdo de París. Por este motivo, la reducción de las PDA se plantea como una de las soluciones más efectivas para combatir los efectos del cambio climático.
  • Pérdida de biodiversidad: aumentando la degradación de hábitats y ecosistemas y la pérdida de biodiversidad debido al uso de tierras agrícolas para cultivar alimentos que en último término no se consumirán.
  • Cambio en el uso de la tierra: el 28% de las tierras agrícolas disponibles en el planeta se utilizan para producir alimentos que terminan siendo desperdiciados o malgastados. Esto equivale a 1.400 millones de hectáreas de tierra agrícola, equivalentes a la superficie de Rusia o 24 veces a la Península Ibérica.
  • Uso de agua dulce: las PDA implican el desperdicio de 250 km3 de agua al año, una cifra equivalente a cien millones de piscinas olímpicas o el caudal anual del río Volga.  
  • Contaminación bioquímica: los alimentos arrojados en vertederos se descomponen y producen metano que, además de contribuir al cambio climático, puede filtrarse en fuentes de agua cercanas y contaminarlas. El uso de fertilizantes y pesticidas en los cultivos también acelera la degradación del suelo.

Si el sistema agroalimentario es responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, es aún más alarmante que, en un contexto de crisis climática, se agoten los recursos naturales para producir alimentos que nunca llegarán a un plato. A esto se suma la inversión desperdiciada de recursos humanos y económicos, así como la paradoja ética de que esta problemática coexista con altos índices de inseguridad alimentaria a nivel mundial.

Es esencial, ahora más que nunca, centrarse en la transición hacia un sistema alimentario que haga efectivo el derecho fundamental a una alimentación saludable dentro de los límites ecológicos del planeta. En este contexto, la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos debe convertirse en un objetivo clave e innegociable.

Las soluciones implican transformaciones a nivel social, colectivo e individual: poner en el centro el valor nutricional y cultural de los alimentos, generar cambios en nuestros patrones de alimentación y consumo, defender el trabajo de los agricultores y recuperar la cultura del aprovechamiento de alimentos, así como la transmisión generacional de conocimientos culinarios son algunos aspectos clave. Al mismo tiempo, es necesario aumentar el conocimiento sobre el problema para proporcionar un análisis en profundidad sobre las causas y los volúmenes de las PDA que se producen a lo largo de la cadena, y también abogar por acciones políticas ambiciosas que estén a la altura del problema y lo aborden desde la raíz.

Recuperamos 8.730 kg de fruta y verdura en campos de todo el territorio catalán en la 3a maratón #joespigolo por el aprovechamiento alimentario

Recuperamos 8.730 kg de fruta y verdura en campos de todo el territorio catalán en la 3a maratón #joespigolo por el aprovechamiento alimentario

El domingo 8 de Octubre, de 10 h. a 13 h., celebramos la 3a edición de la Maratón #joespigolo por el aprovechamiento alimentario, un evento que hemos impulsado con el apoyo del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya en el marco del Día Internacional de Concienciación sobre las Pérdidas y el Despilfarro Alimentario (29 de septiembre).

Realizamos espigadas simultáneas en diferentes localizaciones del territorio catalán, para impulsar y visibilizar esta tarea. Este año, hemos estado en el Parque Agrario del Baix Llobregat, en el Vallès, en el Espacio Agrario de la Baixa Tordera, en las Tierras de Lleida y en el Campo de Tarragona y hemos contado con la ayuda de 148 personas voluntarias.

En total hemos conseguido dar una segunda oportunidad a 8.730 kg de fruta y verdura: tomates, pepinos y calabazas que habían quedado sin salida comercial por varios motivos: criterios estéticos, muchos de ellos consecuencia de las altas temperaturas, finales de cultivo donde el precio de recolección era superior al de venta, entre otros. Kilos y kilos de alimentos que se han destinado a entidades sociales del territorio que trabajan para dar acceso a una alimentación saludable y sostenible a colectivos en situación de vulnerabilidad: Banco de Alimentos de Girona, Banco de Alimentos de Lleida, DISA Sant Andreu, Fundación Pare Manel, Taller Baix Camp, Banco de los Alimentos de Tarragona, Cruz Roja Cambrils, Taula Amiga, Cáritas Torreforta, Casa misericordia de Reus, Monasterio San Pedro de las Puelas, La Botiga del Prat del Llobregat, Fundación Ferrer Sustainability…

Una jornada para denunciar el impacto ambiental de las pérdidas y el desperdicio alimentario:

También recogimos el impacto ambiental de la acción para poder concienciar sobre las consecuencias de las pérdidas y el desperdicio alimentario sobre el medio ambiente y poner de manifiesto todos los recursos que se destinan a la producción de estos alimentos.

En el contexto actual que vivimos de crisis climática, el incremento de la temperatura no deja de sorprendernos. Estamos en octubre y vivimos un día marcado por el calor. Este mismo año se han alcanzado récords históricos registrando de media a escala mundial, este mismo septiembre, un incremento de casi 1ºC más respecto al período de referencia 1991-2020, según datos recogidos por el programa Copernicus de la Unión Europea. El planeta vive una situación sin precedentes. El año 2023, en estos momentos, será el año más caluroso desde que hay registros en el mundo.

Por eso, en el marco del Día Internacional de Concienciación sobre las Pérdidas y el Despilfarro Alimentario (29 de septiembre), hemos querido remarcar con esta acción la necesidad de transitar hacia sistemas alimentarios más sostenibles y poner en el centro del debate como ésta problemática está estrechamente ligada a la crisis climática planetaria. El 8% de los gases de efecto invernadero provienen del desperdicio alimentario, según el estudio “Food Wastage Footprint” (FAO, 2013). Reducir el 8% de los gases de efecto invernadero mantendría el calentamiento global por debajo de los 2 grados -tal y como se pide en el Acuerdo de París- según un informe de 2020 de la ONG Drawdown Project. Así pues, trabajar en la prevención y concienciación de esta problemática es clave para luchar también contra el cambio climático.

Por eso, queremos dar las gracias a todos y todas las que nos acompañó. Recuperando todos estos kilos de frutas y verduras logramos ahorrar 5.604.660 L de agua y evitar la emisión a la atmósfera de 4.232 kg de CO2. Poco a poco vamos avanzando para construir un sistema agroalimentario más sostenible y mitigar, así, los efectos del cambio climático.

Arrancamos el proyecto europeo Soulfood para buscar soluciones tecnológicas para luchar contra las pérdidas y el desperdicio alimentario

Arrancamos el proyecto europeo Soulfood para buscar soluciones tecnológicas para luchar contra las pérdidas y el desperdicio alimentario

Una iniciativa liderada por la Diputación de Tarragona con la colaboración del Ayuntamiento de Reus, REDESSA, el Clúster TIC Catalunya Sud, la Fundación Espigoladors y otros socios europeos. Tendrá una duración de dos años y cuenta con financiación del Fondo Social Europeo Plus.

Soulfood es un proyecto impulsado con el objetivo de luchar contra las pérdidas y el desperdicio alimentario. Durante dos años, buscaremos fórmulas basadas en la innovación tecnológica para prevenir las pérdidas y, también, poder hacer llegar los excedentes de las producciones agrícolas a iniciativas sociales.

La iniciativa consta de cuatro paquetes de trabajo: la gestión y la coordinación, la identificación y pruebas de soluciones digitales para una producción agrícola y de alimentos sostenible, la identificación de soluciones para mejorar las iniciativas sociales de distribución alimentaria y la comunicación.

Desde Espigoladors lideramos el tercer paquete. Gracias al espigueo, hemos podido tejer una red de productores y productoras agrícolas en todo el territorio que tienen un fuerte compromiso con el aprovechamiento, además de conocer sobre el terreno la realidad de esta problemática. También tenemos una larga trayectoria de colaboración con entidades sociales de distribución de alimentos. Por ello, nuestra labor en el marco del proyecto consistirá, entre otros, en identificar soluciones para mejorar la canalización de los excedentes hacia iniciativas sociales de distribución de alimentos y elaborar los informes con los resultados de las investigaciones.

Es fundamental sumar esfuerzos para avanzar hacia la prevención y reducción de las pérdidas de alimentos y garantizar el derecho básico a una alimentación saludable y sostenible. El proyecto Soulfood, permitirá dar un paso adelante en la identificación de retos, buenas prácticas y soluciones innovadoras tanto en el ámbito de la prevención como en el de la donación.

Los socios del proyecto:

La Diputación de Tarragona: lidera y coordina el buen funcionamiento del proyecto, ya que asesorará y realizará el seguimiento de las tareas de los otros socios. Además también coordinará su comunicación y divulgación.

El Ayuntamiento de Reus, que participa a través del Centro Social el Roser y REDESSA: coordinará la organización de la conferencia final del proyecto y participará de diferentes actividades, como la identificación de las necesidades de los productores locales sobre el desperdicio alimentario o poner a prueba una herramienta digital que conecte a productores e iniciativas sociales.

El Clúster TIC Catalunya Sud: liderará el paquete de trabajo que identificará y probará soluciones digitales para una producción agrícola y de alimentos sostenible y participará de diversas actividades del proyecto.

El Lithuanian Innovation Center: coordina algunas tareas, como la identificación de las necesidades de productores locales sobre el desperdicio, la elaboración de un informe con los aprendizajes y conclusiones o la organización de eventos de aprendizaje mutuo entre productores locales y iniciativas sociales, además de participar en otras actividades.

El Digital Innovation Hub Agri-Food de Lituania: participa de diferentes actividades del proyecto, como la identificación de buenas prácticas o las pruebas de la herramienta digital que se va a desarrollar.

El Ayuntamiento de Roman, de Rumanía: también participará de diferentes actividades del proyecto, como las pruebas de la herramienta digital que se desarrollará para conectar productores e iniciativas sociales o la identificación de buenas prácticas.

La ONG Boroume – Saving food saving lifes, de Grecia: participará de diversas actividades del proyecto.

WWF y la Fundació Espigoladors presentan el proyecto Zitroladors para cuantificar y reducir las pérdidas alimentarias de cítricos a pie de campo

WWF y la Fundació Espigoladors presentan el proyecto Zitroladors para cuantificar y reducir las pérdidas alimentarias de cítricos a pie de campo

Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, presentamos junto con WWF el proyecto “Zitroladors” que pretende testar una nueva metodología para cuantificar las pérdidas de cítricos a pie de campo, analizarlas y ofrecer soluciones para minimizarlas.

29 de septiembre: Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

El 29 de septiembre, se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos y, junto con WWF, ponemos de relieve que en el debate actual sobre las pérdidas y el desperdicio alimentario no existe un diagnóstico claro sobre lo que sucede en la fase de la producción primaria. Para ello, presentamos el proyecto “Zitroladors” para testar una nueva metodología para cuantificar las pérdidas de cítricos a pie de campo, analizarlas y ofrecer soluciones para minimizarlas.

Es urgente implementar acciones que permitan atajar de raíz las pérdidas y el desperdicio alimentario en un planeta donde más de 800 millones de personas pasan hambre cada día. Se trata de una problemática que afecta negativamente a la sociedad y al medio ambiente, y que debe estudiarse y prevenirse durante todas las fases de la cadena agroalimentaria. 

1/3 acaba desperdiciado: El desperdicio de alimentos en cifras: 

En la actualidad, estudios en esta materia como el de “Driven to Waste: The Global Impact of Food Loss and Waste on Farms” de WWF UK, demuestran que entre un 33 y un 40 % de los alimentos que se producen en el planeta acaban descartados a lo largo de la cadena agroalimentaria, incluso tirados a vertederos. Además, estas pérdidas y desperdicio de alimentos implican el despilfarro de 250 kilómetros cúbicos anuales de agua, -equivalente a la cantidad que vierte al mar anualmente el río Volga- y 3,3 gigatoneladas de CO2 de emisiones de gases efecto invernadero al año– una huella de carbono superior a la de todos los países del planeta, salvo Estados Unidos y China-, que agravan aún más la emergencia climática.

Proyecto Zitroladors: pérdidas de cítricos en el campo, cuantificación y soluciones para la adaptación al cambio climático

El proyecto Zitroladors, que dirigimos junto con WWF y que está financiado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, se desarrollará en los próximos meses en fincas citrícolas seleccionadas de Andalucía y Cataluña. Su objetivo es visibilizar y atajar esta problemática a través de una metodología novedosa para cuantificar las pérdidas de cítricos a pie de campo. 

Ambas entidades colaboraremos con los productores para analizar y entender los motivos por los cuales existen cítricos que se descartan de su comercialización, quedándose en los árboles, o incluso en el suelo en cada campaña.

El siguiente paso será proponer medidas conjuntas y consensuadas para prevenir, minimizar o aprovechar estas pérdidas de producto. Todo ello con la intención de demostrar cómo, revirtiendo este problema, se consigue no sólo un mayor beneficio para el agricultor, sino además luchar contra la crisis climática a través de la reducción del impacto ambiental asociado a las pérdidas y desperdicio de alimentos. 

Cuantificar y reducir las pérdidas alimentarias de cítricos a pie de campo.

Evitar las pérdidas y el desperdicio alimentario, uno de los grandes retos pendientes del sistema alimentario español

Uno de los grandes retos globales es evitar las pérdidas y el desperdicio alimentario, y también para nuestro país, por ello, ambas entidades como miembros del colectivo #LeysinDesperdicio, reclamamos al Gobierno la aprobación definitiva de la ley de pérdidas y desperdicio alimentario, que, a consecuencia de la actual situación política del país, se encuentra frenada en el Congreso. 

Solicitamos al futuro Gobierno que dé prioridad al trámite parlamentario a esta ley, centrándose en la cuantificación del problema -del campo a la mesa- y priorizando la prevención dentro de las 10 principales medidas para mejorar y generar ese gran cambio real que se necesita.

Medio centenar de organizaciones “nos plantamos” frente a los Ministros de Agricultura europeos reunidos en Córdoba para reclamar otro modelo agroalimentario

Medio centenar de organizaciones “nos plantamos” frente a los Ministros de Agricultura europeos reunidos en Córdoba para reclamar otro modelo agroalimentario

Más de cien personas nos concentramos la tarde de ayer en Córdoba para demandar un modelo alimentario más justo, sostenible y respetuoso con el mundo rural con motivo de la reunión de Ministros de Agricultura de la UE del 3 al 5 de septiembre.

Más de un centenar de personas pertenecientes a más de 50 organizaciones sociales, ambientales, de consumidores y agrarias se concentraron la tarde de ayer en la plaza del Arco del puente de Córdoba durante la visita que los ministros de Agricultura de la Unión Europea realizaron a la mezquita de la ciudad, para exigir un sistema alimentario más justo, sostenible y respetuoso con el mundo rural.

Al finalizar la concentración, 50 activistas han modificado la iluminación del puente romano con plantillas en forma de frutas y hortalizas y han proyectado una pancarta en los muros de la Mezquita, para  exigir cambios hacia un modelo agroalimentario justo y sostenible. Con esta acción simbólica, estos colectivos pretenden trasladar la necesidad de actuar con urgencia para que se dé un cambio radical en el modelo agroalimentario. En el actual contexto de crisis climática y ecológica global, el modelo agroalimentario industrializado y globalizado, basado en la explotación de la naturaleza y las personas, ha demostrado su vulnerabilidad, por ejemplo, frente a perturbaciones como la pandemia de la COVID-19, la guerra de Ucrania o las sequías prolongadas. Por ello, las organizaciones reunidas en Córdoba han reivindicado que las políticas europeas se dirijan hacia la agroecología, la soberanía alimentaria y el feminismo como las únicas alternativas capaces de alimentar a la población de forma saludable, socialmente justa y ambientalmente respetuosa. Asimismo, han solicitado a los ministros y ministras de la UE que pongan todos los medios a su alcance para asegurar que la transición en marcha sea justa con las personas y el planeta, asegurando el futuro del campo y sus gentes.

Los mandatarios están en Córdoba para celebrar una reunión informal bajo el título “Las nuevas tecnologías para una agricultura más sostenible y resiliente”, por lo que las personas asistentes a la concentración aprovecharon la cita para reclamar que se implementen políticas públicas que avancen hacia un modelo agroalimentario basado en la agroecología y la soberanía alimentaria y que se dejen de lado las falsas soluciones. Así, los manifestantes portaban pancartas con mensajes como “Nos plantamos, por un modelo agroalimentario justo y sostenible”, “Stop glifosato” o “Agroecología para enfriar el planeta”. Además, la concentración contó con una batucada y se corearon frases pidiendo respeto al mundo rural.

Los colectivos han querido transmitir a los ministros y ministras la necesidad de apostar por granjas pequeñas y medianas, con manejos agroecológicos que sostienen un mundo rural vivo. La industria y la distribución deben garantizar precios justos, tanto para quienes producen como para quienes consumen, para lo cual es fundamental el apoyo a los canales cortos de comercialización y las normativas e infraestructuras públicas para la transformación agroalimentaria a pequeña y mediana escala. 

Ante la actual emergencia climática y de biodiversidad, las organizaciones demandan asimismo políticas públicas en defensa del territorio frente a macroproyectos, como ciertos megaparques para la producción de energía renovable, los monocultivos a gran escala o la ganadería industrial, que afectan a las poblaciones rurales y que socavan el funcionamiento de los ecosistemas, el suelo, el agua, la biodiversidad y el conjunto de servicios ecosistémicos que generan. A su vez, manifiestan la urgencia de acabar con la precariedad laboral del sistema agroalimentario industrializado, que afecta especialmente a personas migrantes y mujeres y supone una lacra para la dignidad rural.

Otras movilizaciones

Además de la concentración de la tarde de ayer, entre los días 31 de agosto y 3 de septiembre tuvo lugar un encuentro por la soberanía alimentaria, celebrado en Hornachuelos (Córdoba), en el que participaron más de 150 personas de organizaciones de todo el territorio español. En este se debatió sobre las problemáticas y las alternativas al modelo agroalimentario y se consensuó una hoja de ruta para continuar impulsando sus reivindicaciones conjuntas.  

Entre otras actividades, se realizaron mesas de debate sobre el modelo agroindustrial y su contribución a la crisis climática, así como la confluencia de las luchas territoriales con el movimiento por la soberanía alimentaria. Las jornadas sirvieron de punto de encuentro para personas vinculadas al movimiento alimentario, el movimiento climático, organizaciones campesinas, consumidoras, científicas, población rural y movimiento ecologista, incluyendo una representación del caso francés con las Sublevaciones de la Tierra y la Confederation Paysanne, que se unieron en defensa del territorio y un mundo rural vivo.

Organizaciones firmantes:

Adecasal (Asociación de Desarrollo para el Campo de Salamanca y Ledesma)
Amigos de la Tierra
APAEMA (Associació de la Producció Agrària Ecològica de Mallorca)
Canto de Pájaros
Carro de Combate
CECU (Federación de Consumidores y Usuarios CECU)
Cerai
COAG
Coordinadora Estatal STOP Ganadería Industrial
Ecologistas en Acción
Ecomercado de Córdoba
El Enjambre sin Reina
El Verdadero Precio de los Alimentos Mediterráneos
Entre Pueblos
Escuela de Activismo
Espigoladors
Extinction Rebellion Málaga
Fundación Entre Tantos
Greenpeace
ISEC – Instituto de Sociología y Estudios Campesinos
Justicia Alimentaria
Juventud por el Clima
La Acequia
Labs
La Jabonería de la Almendra
La Rendija Mercado Social
Las Delicias del Palacio del Deán
Lo Que Somos
Mad África
Madrid Agroecológico
Mundubat
Observatorio para una Cultura del Territorio
OSALA (Observatorio de Soberanía Alimentaria y Agroecología)
Coalición Por Otra PAC
Pueblos Vivos Cuenca
RAC (Red Agroecológica de Cádiz)
REAS Red de Redes
REAS Navarra/Nafarroa
Red Andaluza Semillas Cultivando Biodiversidad
Revista Soberanía Alimentaria
Ripess (Red Intercontinental de promoción de la Economía Social Solidaria)
Rosa Luxemburg StifTung
SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores)
SEAE (Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología)
SEO/BirdLife
Sindicato Labrego Galego
Supermercados Cooperativos
Ultreia Films
Universidad Rural Paulo Freire, Sierra de Huelva
Vivir la Tierra
Volem Fruita amb Justicia Social
WWF

Trabajamos las pérdidas y el desperdicio alimentario con una perspectiva de justicia global

Trabajamos las pérdidas y el desperdicio alimentario con una perspectiva de justicia global

Segundo año de implementación de un proceso de Aprendizaje Servicio en dos institutos de la ciudad de Barcelona para idear acciones que ayuden a tomar conciencia de la problemática.

Gracias al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, ​​durante el curso 2022-2023, hemos realizado, por segundo año consecutivo, un proyecto de Aprendizaje Servicio a través de la perspectiva de la Justicia Global. Como en el año anterior, hemos trabajado con jóvenes en formación profesional en los ámbitos social y agroalimentario de la ciudad. Concretamente, lo hemos hecho con alumnos de 2o curso del Ciclo Formativo de Grado Superior en Integración Social del Instituto Ferran Tallada y alumnos de 1o y 2o curso del Itinerario Formativo Específico de Auxiliar en Cuidado de Animales y Espacios Verdes del Instituto Rubió i Tudurí.

El proyecto trabaja la problemática de las pérdidas y el desperdicio alimentario (PMA) y todas las desigualdades, injusticias sociales, ambientales y económicas que se derivan. Después de un análisis de la situación en su entorno más cercano, los y las jóvenes, idean soluciones y pasan a la acción con el objetivo de construir un mundo más justo y sostenible para todos.

¿Cómo nos ayuda la Justicia Global a adentrarnos en la problemática?

La Federación Catalana de Organizaciones por la Justicia Global (Lafede.cat) en su artículo “Educar para futuros alternativos. Guía de Educación para la justicia global” de 2020, define la Justicia Global como “una estrategia para incidir en las estructuras económicas, políticas y sociales, tanto a escala global como local, y para cuestionar los modelos de vida y de desarrollo tanto individuales como colectivos, con el objetivo de transformar las relaciones de poder para que se garantice la eliminación de toda forma de violencia y la sostenibilidad de la vida en el planeta”.

Teniendo esto en cuenta, durante la experiencia ApS, se ha adquirido una perspectiva crítica sobre la influencia social y la complejidad de los privilegios relacionados con el sistema agroalimentario imperante. Los participantes han demostrado una disposición a reflexionar y cambiar, así como a considerar las perspectivas de interseccionalidad y conciencia de las personas oprimidas en su propio análisis de la problemática de las PMA.

Los alumnos y alumnas del Instituto Ferran Tallada

¿En qué consiste la experiencia del Aprendizaje Servicio?

El proyecto se inició con una fase de descubrimiento, donde se desgranó la problemática de las PMA a nivel global (cifras, causas, consecuencias ambientales y socioeconómicas). Las gafas críticas de la justicia global permitieron tener presente los impactos que recibe el Sur Global a causa del modelo agroalimentario actual.

Para profundizar en los conceptos trabajados en la fase de descubrimiento, se realizaron diferentes experiencias vivenciales. Por un lado, se visitó el obrador social es im-perfect®, donde se transforman frutas y verduras desechadas por el mercado en conservas 100% naturales, generando oportunidades laborales para personas en situación de vulnerabilidad. Por otra parte, se visitó La Botiga del Prat del Llobregat, un servicio de distribución gratuita de alimentos que sigue un modelo innovador similar al de un supermercado, donde las personas usuarias pagan mediante un sistema de puntos basado en su situación de vulnerabilidad, definida por los Servicios Sociales del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat.

En segundo lugar, se llevó a cabo una investigación participativa de la situación en el entorno más inmediato de ambos centros educativos. Finalmente, una vez diagnosticadas las necesidades detectadas del barrio en relación con la problemática, el alumnado realizó un proceso de generación, búsqueda e implementación de soluciones de forma colectiva, participativa, transformadora y perdurable en el tiempo a partir de la colaboración con otros agentes del entorno de la ciudad.

Los servicios nacen a partir de la necesidad detectada: «La falta de conciencia de la problemática y la poca capacidad de autocrítica de la población».

El instituto Ferran Tallada diseñó y llevó a cabo un taller de sensibilización destinado al ciclo superior de Primaria de dos centros educativos del barrio del Carmel (Escola Institut Mirades y Escola El Carmel). El taller se iniciaba con una presentación para conocer la problemática y después, para integrar los conceptos trabajados, dinamizaron un espacio de juego con los recursos generados por sus compañeros el año anterior (enlace al artículo ApS año pasado). Paralelamente, el alumnado diseñó y produjo un juego pedagógico llamado “El virus del desperdicio alimentario”, el cual invitaba a trabajar con los diferentes eslabones de la cadena alimentaria para conseguir un sistema agroalimentario justo y sostenible. Como clausura los alumnos y alumnas entregaron los juegos generados a los dos centros educativos, con el fin de dotar de recursos pedagógicos para trabajar la problemática a los y las docentes.

Cartas de: «El virus del desperdicio alimentario» diseñado por el Institut Ferran Tallada

Por otra parte, el Institut Rubió i Tudurí contactó con el Casal de la Gent Gran Bon Pastor donde, cada jueves y viernes, se realizan unos talleres de cocina impartidos por Lola, persona profundamente arraigada en el barrio, y que, además, realiza semanalmente una muestra de cocina en el mercado.

Los alumnos decidieron complementar los conocimientos de cocina de Lola y de las participantes del taller, creando una formación intergeneracional específica sobre cocina de aprovechamiento alimentario que impartieron en el mismo casal.

Además, crearon unos folletos para explicar a la ciudadanía del barrio en qué consiste la problemática de las PMA y cómo se pueden convertir en parte de la solución. Estos folletos, se repartieron durante la formación impartida en el mismo instituto y en el Mercado del Bon Pastor. En éstos, se muestran, entre otros recursos, las recetas de aprovechamiento alimentario que Lola reprodujo en uno de sus showcookings de mercado después de la formación impartida por los alumnos del ApS.

El alumnado del Instituto Rubió i Tudurí con Lola y las personas participantes del servicio en el Casal de Gent Gran del Bon Pastor

Educación para la Justicia Global para niños y personas mayores.

Estos servicios han permitido que el alumnado se convierta en protagonista de la transmisión de conocimiento y realice un impacto directo en su entorno a favor de la justicia global, consiguiendo motivar a personas del barrio a actuar por una alimentación sostenible y justa para todos.

Desde la Fundación Espigoladors, agradecemos a los dos institutos, a las escuelas que recibieron el taller y al casal de Gent Gran Bon Pastor por su implicación en el proyecto. Ha sido gracias a todas las personas participantes y especialmente al alumnado, que ha podido generarse un impacto positivo en las comunidades de los barrios.

«Cuando las participantes vienen a un taller, tenemos tiempo libre para hablar de alimentación, pero también para explicarnos deseos o problemas de la vida cotidiana»

Entrevistamos a Pau Farreny, del área de sensibilización y conocimiento de Espigoladors. Con él, descubrimos cómo la cocina de aprovechamiento puede ser una herramienta clave para el empoderamiento de personas en situación de vulnerabilidad y un vehículo para recuperar e intercambiar saberes culinarios entre diversas culturas y generaciones.

Como entidad, consolidar nuevas líneas de acción con la cocina de aprovechamiento como eje central es una de nuestras apuestas. Es un vehículo de construcción colectiva de saberes y de intercambio donde podemos crear puentes entre culturas y generaciones y, también, construir un espacio de empoderamiento compartiendo conocimientos e inquietudes en torno a la alimentación sostenible.

«Aprovechamos los alimentos con todas y para todas», «Espigar, cocinar, cuidar» y «Trencamp» son algunos de los proyectos que impulsamos desde Espigoladors con el apoyo de la Diputación de Barcelona, ​​el Ayuntamiento de Barcelona y de la Secretaría de Asuntos Sociales y Familias. También trabajamos con el Comedor Solidario Gregal, para capacitar a las personas asistentes en torno a la cocina de aprovechamiento y la alimentación sostenible.

Hablamos con Pau Farreny, técnico de proyectos educativos y de sensibilización y ejecutor de los talleres impulsados ​​en el marco de estos proyectos y de otras acciones de la entidad que comparten esta mirada.

¿Qué actividades se desarrollan en el marco de estos proyectos?

Desarrollamos tres tipologías de actividades.

Talleres de cocina en los que el aspecto clave es que son participativos. Desde Espigoladors facilitamos todo el material y los ingredientes, y durante las siguientes dos horas, preparamos con las personas participantes dos recetas que tienen, como ingredientes fundamentales, los valores de la entidad: el aprovechamiento alimentario, la eficiencia energética y que son saludables.

Además, las participantes pueden llevarse a casa las dos recetas preparadas, lo que permite maximizar el impacto del taller y enviar el producto a las personas convivientes.

También realizamos talleres de sensibilización. En ellos, las personas participan de charlas, actividades y/o juegos de reflexión que permiten estimular la comprensión de la problemática de las pérdidas y el desperdicio alimentario, sus causas y sus efectos, así como las soluciones y los retos que supone.

Por último, impulsamos showcookings de aprovechamiento. Una actividad para llegar a un público más numeroso basada en una demostración culinaria. Aquí, hablamos de Espigoladors y explicamos las recetas y el por qué las hacemos. De este modo, promovemos la interacción constante con el público, generando, también, un espacio de intercambio entre todas las personas que están presentes.

¿Cuál es el objetivo de los talleres de sensibilización y de cocina de aprovechamiento?

El objetivo principal es generar espacios de intercambio de saberes culinarios relacionados con la alimentación saludable y el aprovechamiento alimentario, donde las personas aportan sus propios conocimientos y escuchan aquellos que conocen las demás. Un truco, consejo o receta puede ser muy valorado por todas, por muy pequeño que pueda parecernos.

Con los talleres de cocina empoderamos a las personas participantes aportando nuevas técnicas, formas de preparar diversos alimentos y nuevas recetas más saludables y sostenibles, como sustituir la carne por legumbres, preparando hamburguesas de lentejas, o aprendiendo a utilizar maquinaria y utensilios como puede ser la olla exprés.

Queremos ofrecer una profesionalización culinaria, poder practicar juntos cómo trabajar con grandes cantidades, cómo gestionar los espacios y aprender cómo funciona el trabajo en equipo.

Con los talleres de sensibilización complementamos la parte más práctica con otros conocimientos más teóricos. Así, damos aún más valor a cuál es la importancia de la alimentación, integramos aún más las causas y consecuencias de las pérdidas y el desperdicio alimentario, establecemos una red para compartir toda esta información y entendemos juntas porque aprendemos a preparar estas recetas que promueven el aprovechamiento.

Pau Farreny en un taller de cocina desarrollado en el marco del proyecto «Food Relations» impulsado por ABD-ONG en el barrio de la Marina, en Barcelona

¿De qué forma estos talleres inciden en el empoderamiento de las personas participantes?

Yo siempre empiezo con la siguiente frase: “Todo el conocimiento es fruto de la suma entre muchas personas”. Por eso, animo a todo el mundo a aportar su granito de arena.

Nos esforzamos por crear un espacio seguro para todos y todas, teniendo en cuenta la cultura y el idioma de cada participante. Así pues, encuentran en los talleres un lugar donde pueden explicar todo su conocimiento propio, estimulando la conversación y las aportaciones.

Empoderan porque al realizar una actividad en grupo nos ponemos una al lado de la otra y aprendemos juntas un mismo procedimiento. Esto nos permite explicar mejor cómo hacer la tarea, compartir qué opinamos de la receta o, simplemente, conversar sobre cómo nos ha ido el día, estableciendo pequeños lazos entre las personas usuarias y, en algunos casos, incluso nacen relaciones más constantes.

Son talleres en los que conocemos otras realidades, donde aprendemos a relativizar situaciones personales compartiéndolas con el resto y las normalizamos. También, ponemos en valor sus conocimientos.

Por último, empoderan, porque capacitan en temas de alimentación, que tienen un impacto tanto a nivel de salud, como a nivel personal, desarrollando la confianza y nuevas habilidades.

¿Cómo de importante es que personas usuarias de Servicios de Distribución de Alimentos participen en proyectos como estos?

Las personas usuarias ya suelen tener un cierto grado de experiencia sobre aprovechamiento alimentario. Ahora bien, como todas, carecen de otras áreas de conocimiento. Nosotras somos el vector de información que conectamos a las personas y sus ideas con las herramientas que les permitan aprovechar los productos vegetales que a veces reciben en grandes cantidades.

Por ejemplo, aprendemos a producir conservas o elaboraciones que permitan un mayor control de la vida útil de los alimentos o informamos sobre el etiquetado: la diferencia entre caducidad y consumo preferente.

Es importante que participen para que ellas también nos aporten muchos conocimientos sobre la cultura del aprovechamiento. Mira, el último truco que aprendí, y funciona, es que los plátanos en la nevera no se ponen negros si los dejamos con un limón entero al lado.

También, son espacios que nos permiten conocernos mejor y poder ver de dónde vienen algunos de los alimentos que llegan a sus platos. Explicamos cómo trabajamos desde el área de espigueos y las animamos, también, a participar de estos, para ver de primera mano a las personas involucradas y la red que existe, conociendo el territorio y las condiciones y problemáticas con las que trabaja el sector primario.

Conseguimos que las entidades sociales puedan pasar de una acción pasiva, en la que sólo les hacen llegar los alimentos, a una acción activa que complementa la donación con formación.

Pau Farreny impartiendo un taller de cocina en la Fundación Áurea en el marco del proyecto «Aprovechamos los alimentos con todas y para todas». Con el apoyo de la Secretaría de Asuntos Sociales y Familias.

¿Qué papel desempeñan la cocina y la alimentación en el día a día de personas en situación de vulnerabilidad?

La cocina es interdisciplinaria, toca aspectos tan variados como la lengua, la gastronomía, la botánica, la sociología y la nutrición, entre otros. La alimentación y la cocina proyectan mucha información de quien la practica. Nos muestra qué alimentos tiene cerca, si son grandes cantidades pensadas para compartir o almacenar o cuánto tiempo dedican a la preparación.

Cuando nos encontramos en una situación de vulnerabilidad, muchas veces no encontramos los ingredientes necesarios, cantidades o tiempo, para preparar los alimentos adecuados a nuestros gustos. Esto puede provocar una situación en la que la persona debe cambiar constantemente sus hábitos para adaptarse y aprovechar los alimentos a los que tiene acceso.

Por eso defendemos que, tener una mínima formación en cocina nos permite transformar (en el laboratorio de nuestra casa) estos alimentos en platos cercanos a nuestra cultura o que nos puedan gustar más.

¿Qué has aprendido tú de cada una de las personas que han formado parte de los talleres?

De todos los conocimientos que tengo y que comparto en los talleres, gran parte los he aprendido de las personas que participan. Estos conocimientos se han creado a base de compartir: trucos, ideas y consejos.

Una vez, un chico marroquí me enseñó que la tahina debe ponerse después de triturar, de este modo el producto, hecho principalmente de aceite, mantiene sus propiedades nutricionales y organolépticas.

También, una mujer me dejó probar su harina de algarroba con la que podemos hacer pasteles sustituyendo al cacao.

Y un anciano del sur de la península, me explicó que aquí, en nuestra tierra, también se cocina con piedras de río o mar para aromatizar las preparaciones.

Y un montón de otros trucos y consejos, que tarde o temprano recogeremos en un recetario colaborativo de aprovechamiento.

Pau Farreny en un taller de cocina desarrollado en el marco del proyecto «Espigar, cocinar, cuidar» realizado con persones usuarias de La Botiga de El Prat del Llobregat

¿Por qué es importante tejer redes entre los usuarios con otras vecinas de su territorio?

Tejer redes de soporte mutuo es una de las principales herramientas que tenemos para hacer frente a la crisis climática y a sus efectos. Ante el colapso o disminución del estado del bienestar, ayudarnos siempre será la herramienta más directa para resolver nuestras carencias.

Cuando las vecinas vienen a un taller, tenemos tiempo libre para hablar de alimentación, pero también para contarnos deseos o problemas de la vida cotidiana. Quizá, antes del taller nunca se habían visto. Es en estos espacios que nos podemos acercar y poner manos a la obra apoyándonos unas a otras.

Por ejemplo, charlar un rato, encontrar a alguien con quien salir a pasear o a una persona amable que pueda echarme una mano para hacer de canguro cuando yo trabajo… Y es que las redes de apoyo mutuo tienen, a diferencia de los canales de la administración, mucha más inmediatez. Debido a esto, creemos que ahora más que nunca, y ante la situación de desguace del estado del bienestar en materia de salud, es necesario aflorar nuevos vínculos y fortalecer los presentes para tener una sociedad más solidaria y colectiva.

¿Cuál es el balance final que te llevas del desarrollo de estos proyectos?

La suma constante y exponencial de conocimientos. Las personas que han asistido siempre han sido muy participativas, aportando gran cantidad de información, agradeciendo mucho las actividades y ayudándonos a mejorar.

¿Cuál crees que es el problema del sistema agroalimentario actual que impide que el acceso a una alimentación sostenible y saludable esté al alcance de todas?

Considero que es un problema de prioridades. Hemos dado poca importancia a aquellas actividades que cuidan la vida, mientras que hemos ensalzado aquellas que la consumen.

Esta situación ha impulsado aquellas personas que generan un mayor beneficio económico (por ejemplo un futbolista) mientras que ha menospreciado a aquellas que trabajan y cuidan la tierra. Debemos recordar que los pilares de la economía están en la ecología y sería bueno dar el altavoz a aquellas que han hecho, de la relación con la tierra, su forma de vida.

La necesidad de cuantificar un problema sobre el cual aún desconocemos su dimensión total

La necesidad de cuantificar un problema sobre el cual aún desconocemos su dimensión total

Desde Espigoladors impulsamos proyectos y trabajos técnicos para conocer cuál es la realidad de las pérdidas alimentarias en el sector primario

Hace unos días apareció una noticia donde se podía leer “El desperdicio de alimentos a nivel global genera unas pérdidas de unos 400.000 millones de dólares (368.000 millones de euros) cada año e implica el despilfarro del 14 % de la comida producida mundialmente” en relación a un informe realizado por la OCDE publicado recientemente.

Sin embargo, el mencionado informe atribuía este 14% sólo a una parte de la cadena, concretamente desde la post-cosecha hasta los minoristas (sin incluirlos). La realidad es que existe un 17% adicional de desperdicio alimentario en el tramo entre los minoristas y el consumo final, que no se mencionaba en la noticia. Esto supone un porcentaje total del 31% de pérdidas y desperdicio alimentario, por lo que la pérdida económica es notablemente superior a la publicada. Estos porcentajes se basan en los cálculos realizados para los índices de pérdidas y desperdicio alimentario establecidos en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3, aunque aún con notables deficiencias en la calidad de los datos recogidos.

Además de estas carencias en la calidad de la información de este problema a lo largo de la cadena agroalimentaria, entre las etapas de post-cosecha y consumo final, existe aún un tramo “oculto” que ni siquiera cuenta para los escasos trabajos de medición de las pérdidas y el desperdicio alimentario: las etapas previas a la post-cosecha. Esto implica fundamentalmente a la cantidad de alimentos que quedan en los campos sin recoger o descartados en el proceso de la cosecha, que hasta la fecha están completamente invisibilizados.

Por todo ello, es necesario abordar de manera urgente y rigurosa la medición de toda la problemática, incluidas las pérdidas en los campos. Solamente así será posible dar los primeros pasos hacia la solución. De lo contrario, se seguirán publicando cifras que nada nos indican de la situación actual y futura, alejándonos de esos posibles progresos, dejando que muchos alimentos sigan sin llegar a las personas cada año.

Ésta es la razón principal de la existencia de iniciativas como el proyecto FOLOU, liderado por el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de VIC – Universidad Central de Cataluña, que pretende avanzar en la cuantificación de las pérdidas alimentarias en la Unión Europea, facilitando protocolos de cuantificación que sean aplicables a diferentes territorios de la UE y aportando, también, unas primeras cifras. Desde Espigoladors lideramos el paquete de trabajo para desarrollar esta metodología de medición de las pérdidas alimentarias en la producción primaria en Europa. De esta forma se quiere dar luz a esta parte del problema, todavía invisible, para caminar hacia su prevención y solución, facilitando así que muchos de estos flujos dejen de ser descartados, con el impacto que tiene para el campesinado por no poder ser vendidos, y para toda la sociedad, al no poder ser consumidos.

También, siguiendo esta línea, estos 2022 hemos publicado el “Diagnóstico de las pérdidas alimentarias de las frutas y hortalizas en el sector primario: causas y protocolo de cuantificación” con el apoyo del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural. Un trabajo técnico pionero que desgrana la raíz de las pérdidas alimentarias en el sector primario. ¿Cómo lo hemos hecho? A partir de entrevistas en profundidad y encuestas a productores y productoras de diversas zonas agrícolas de Cataluña, así como datos registrados sobre terreno en unas sesenta espigadas. De esta forma, pudimos dibujar cuáles son las causas principales por las que se produce esta problemática y, además, diseñar, también, un protocolo que tiene como objetivo convertirse en una herramienta de cuantificación con gran potencial de réplica.

Nuestra memoria de actividades del 2022, ya disponible

Nuestra memoria de actividades del 2022, ya disponible

En 2022 hemos acercado a más de un millar de personas a los campos del sector primario de todo el territorio: voluntarios y voluntarias gracias a quienes hemos espigado más de 400.000 kg de fruta y verdura para distribuirlas a entidades sociales. De la mano, también, de los 200 productores y productoras comprometidas que forma parte de nuestra red

Aquí tenéis, recién salida del horno, nuestra Memoria de actividades 2022. A lo largo de las páginas, desgranamos lo que ha sido para Espigoladors un año cargado de retos, proyectos y nuevas ilusiones, siempre con la mirada puesta en la necesidad de avanzar hacia nuevos alimentos alimentarios que promuevan el aprovechamiento alimentario y una garantía real del derecho a una alimentación saludable y sostenible.

Desde los campos hasta las aulas, hemos creado escenarios de acción, reflexión y debate en torno a un sistema agroalimentario que deja perder toneladas de alimentos, precariza nuestro campesinado e impacta negativamente en las personas, territorios y ecosistemas, locales y del Sur-Global. Tomar conciencia, sensibilizar, generar conocimiento y, sobre todo, actuar, son verbos que definen lo que nos mueve como entidad y que creemos claves para transitar hacia estos nuevos imaginarios de futuro.

En 2022 hemos acercado más de un millar de personas a los campos del sector primario de todo el territorio: voluntarios y voluntarias gracias a quienes hemos espigado más de 400.000 kg de fruta y verdura para distribuirlas a entidades sociales que trabajan de manera incansable para abastecer de producto fresco y de proximidad a personas que sufren situaciones de precariedad alimentaria. Gracias, un año más, a la solidaridad y el compromiso de los 200 productores y productoras que forman parte de nuestra red, desde el Parque Agrario del Baix Llobregat, el Camp de Tarragona, las Tierras del Ebro hasta el Espacio Agrario de la Baixa Tordera y otras zonas agrícolas que, como sociedad, tenemos el deber de preservar.

Espigar: una acción directa para recuperar excedentes y al mismo tiempo también medio para visibilizar la agricultura local y conocer sobre terreno porque, año tras año, quedan alimentos perfectamente comestibles en los campos. Una inquietud que nos ha llevado, en los dos últimos años, a apostar firmemente por un área de investigación y conocimiento que, ya a día de hoy, encabeza proyectos pioneros en el ámbito de las pérdidas y el desperdicio alimentario a nivel catalán, estatal y europeo.

Tenemos claro, también, que son necesarias acciones individuales y colectivas para afrontar los grandes retos actuales. El rol de la sensibilización y la educación se convierte aquí en clave. En 2022 hemos consolidado nuevas líneas de acción con la cocina de aprovechamiento como eje central: un instrumento para tejer puentes entre generaciones, saberes y culturas y, a la vez, un espacio de empoderamiento de donde afloran nuevos conocimientos e inquietudes en torno a la alimentación. Al mismo tiempo, hemos impulsado proyectos con los jóvenes como claros protagonistas: motores de cambio, de creatividad y de nuevas miradas a las que es imprescindible dar cabida.

También ha sido un año para reivindicar, en el que hemos luchado, junto con las entidades del Colectivo Ley Sin Desperdicio, por una ley estatal contra las pérdidas y el desperdicio alimentario realmente valiente, ambiciosa y pionera. Una propuesta legislativa que, en el actual momento político, ha quedado guardada en un cajón, pero que esperamos que sea pronto una realidad.

Por último, hemos trabajado en nuevos retos como organización, algunos de los cuales ya son una realidad: el nombramiento de Raquel Díaz Ruiz como directora de la entidad, cogiendo el relevo de Mireia Barba Cuscó, cofundadora y presidenta, y actual directora de la empresa de inserción es im-perfect; la apertura de una delegación en Tierras de Lleida; y el inicio de las obras del nuevo centro de producción de es im-perfect, un espacio que quiere ser referente en la innovación por el aprovechamiento alimentario y que permitirá aumentar la generación de oportunidades laborales y formativas para personas en riesgo de exclusión social.

A todas las personas, entidades y colectivos que, un año más, nos han acompañado en el camino: de parte de todo el equipo de Espigoladors, gracias por hacerlo posible. Todos somos parte de la solución para avanzar hacia un sistema alimentario más justo y sostenible.