Visibilizamos los impactos del modelo agroalimentario actual a través del arte y el diseño

Visibilizamos los impactos del modelo agroalimentario actual a través del arte y el diseño

Como resultado, el pasado noviembre tuvo lugar la primera muestra colectiva de arte y diseño joven por una alimentación sostenible impulsada por Espigoladors

El pasado mes de julio, desde Espigoladors y con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, ​​arrancamos la convocatoria abierta «Menj_art_e millor: jóvenes artistas por una alimentación sostenible». Una iniciativa dirigida a talentos emergentes con ganas de abordar problemas y retos actuales de forma creativa e incorporando nuevas miradas y relatos desde el arte.

Con una mirada multidisciplinar, el proyecto ha movilizado, finalmente, a una decena de alumnos de escuelas de arte y diseño de Barcelona que han presentado sus propuestas des de distintas disciplinas y expresiones artísticas. Piezas que, navegando entre el diseño, el arte y la sostenibilidad, despiertan la curiosidad de quienes las miran e invitan a reflexionar para avanzar en la construcción de un futuro alimentario más respetuoso con nuestro entorno.

Todo ello ha sido un camino en el que hemos podido inspirarnos y hacer volar la imaginación con el objetivo de demostrar que el arte y el diseño pueden ser herramientas clave para sensibilizar sobre el impacto de las pérdidas y el desperdicio alimentario.

El primer paso: buscar la inspiración

Antes de trabajar en sus propuestas, las participantes tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano cómo trabajamos desde Espigoladors para avanzar hacia una alimentación más sostenible. Durante el mes de octubre las invitamos a visitar el obrador de es im-perfect para mostrarles cómo, bajo el paradigma de la economía circular, damos oportunidades a frutas y verduras excluidas del circuito comercial y a personas en situación de vulnerabilidad. Después, para ampliar aún más los conocimientos, realizamos un Workshop para descubrir en profundidad las causas y consecuencias de una problemática que deja perder más de una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo. ¿El siguiente paso? Hacer volar la imaginación. Las participantes crearon en pocos minutos algunas propuestas artísticas que reflejaban todos los conocimientos absorbidos en la sesión.

Por último, y para redondear la experiencia, invitamos a las jóvenes artistas a acompañarnos a los campos para conocer la actividad del espigueo. Una jornada en la que recuperamos 500 kg de lechugas mientras descubríamos el impacto que tienen las pérdidas alimentarias para el campesinado de nuestro territorio y, también, para el planeta y las personas.

Las propuestas seleccionadas y la primera muestra colectiva por la alimentación sostenible:

Cinta Tort, Jon Marín, Virginia Angulo y Raquel Díaz, cinco profesionales del sector del diseño, el arte y la sostenibilidad conformaron el jurado encargado de escoger las cinco propuestas seleccionadas para la muestra colectiva.

Una exposición que presentamos en Barcelona el pasado 16 de noviembre durante el acto de lanzamiento de la Semana Europea de la Prevención de Residuos EWWR 2024, este año dedicada a las pérdidas y el desperdicio alimentario bajo el lema “¡Desperdiciar Alimentos es de mal gusto!”, impulsado por la Agencia de Residuos de Cataluña, la Generalitat de Cataluña, Mercados de Barcelona, el Área Metropolitana de Barcelona i la Plataforma Aprofitem els Aliments.

Durante toda la mañana, las personas que asistieron a la jornada y muchos curiosos y curiosas que paseaban por los alrededores del Mercado de Sant Antoni pudieron descubrir las propuestas: el fanzine Un tomàquet («Un tomate») de Estíbaliz Lozano, que celebra la diversidad natural de frutas y verduras; el libro pop-up De la tierra a la tierra de Iberia Medrano, pensado para sensibilizar a los niños y niñas sobre el desperdicio alimentario; la campaña publicitaria de Rebecca Breistein, para poner en valor las imperfecciones de las frutas y verduras bajo el lema «Ser tú mismo es sexy«; o la campaña de concienciación ideada por Uxue Olariaga, que propone humanizar las verduras imperfectas para promover un cambio de hábitos de consumo. Por último, no faltó, tampoco, el diseño de producto con Inari de Àlex Zambudio, un protector para los brotes de los olivos elaborado con biomaterial 100% de origen vegetal: el hueso de la aceituna.

En la exposición, se incluyeron otros proyectos e iniciativas de mayor trayectoria que, desde diversas disciplinas, abordan el reto de avanzar hacia un sistema alimentario más justo y sostenible. Contamos con The Wonkies de Anne-Claire Lamy, una selección de productos como juguetes diseñados a partir de imágenes de frutas y verduras (im)perfectas. También, estuvo presente el proyecto fotográfico de Jordi Flores, voluntario de Espigoladors: una selección de fotografías que documenta los espacios, gentes y actividades de la Vall Baixa y el Delta del Llobregat. Siguiendo con el diseño de producto, no faltó Santa Carxofa de Oriana Vargas, una cerveza que pone en valor los recursos locales del Prat del Llobregat mediante la alcachofa. Y, por último, Cinta Tort, una de las miembros del jurado y su proyecto Sucar pa que utiliza la cocina situada, consciente y coherente con su contexto, como forma de resistir y de generar comunidad.

Además, tuvimos la suerte de incluir durante la exposición “Festí III: recetas para compartir” un dispositivo performativo participativo diseñado por Auri Alós, que toma la cocina como lugar de encuentro, y la comida compartida como configurador de comunidades. Una acción en la que participaron varias personas y que tomó forma de cocido de reaprovechamiento.

Una exposición que ejemplifica cómo el arte y el diseño pueden sacudir conciencias, motivar a la ciudadanía y los agentes clave a pasar a la acción, e imaginar nuevas utopías, soluciones y alternativas.


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