Belén Borràs: «He aprendido la inmensa capacidad que tiene un grupo de personas involucradas en un mismo objetivo y a valorar profundamente el trabajo de nuestros campesinos.»

Belén Borràs: «He aprendido la inmensa capacidad que tiene un grupo de personas involucradas en un mismo objetivo y a valorar profundamente el trabajo de nuestros campesinos.»

Celebramos el Día Mundial del Voluntariado dando voz a una de nuestras voluntarias más veteranas, Belén Borràs quien, además, ha batido el récord de participación de este año: ¡ha participado en 40 espigueos!

¿Cómo conociste nuestra iniciativa? ¿Habías oído nunca antes la palabra espigar? ¿Qué te empujó a participar?

Al llegar a Pineda busqué actividades y, en un grupo de yoga, una chica me habló de Espigoladors. Al volver a casa investigué sobre la iniciativa y me enamoré del proyecto al instante. Sentí: ¡yo quiero formar parte!

Nunca había oído la palabra espigar hasta que fui a mi primera espigada, en mayo del 2015. Mireia Barba -cofundadora de la entidad- me pasó a buscar con la furgoneta de Espigoladors y fuimos a los campos de un productor de Mataró a cosechar cebolletas. Un campo infinito de cebollas y cinco espigadoras. Pasadas las tres horas de espigar, ninguna de las cinco quiso marcharse y nos quedamos dos horas más hasta acabar el campo. ¡Qué energía preciosa, qué caña un grupo de personas juntas que sienten lo mismo! ¡Ver la furgo llena de cebollas, pensando en las personas que las comerían! Volví a casa felizmente agotada, satisfecha, contentísima del equipo, de las personas que lo hicimos posible! ¡Y con ganas de un nuevo espigueo!

¿Qué te llevas de los espigueos en los que has participado?

¡Me llevo un montón de cosas preciosas! Me llevo a los espigadores y espigadoras: a TODOS, mayores y pequeños (me encanta ver a los pequeños en el campo), al grupo, al buen rollo que se genera entre todos y todas mientras trabajamos, las risas, el compartir…

He aprendido la inmensa capacidad que tiene un grupo de personas involucradas en un mismo objetivo ya valorar profundamente el trabajo de nuestros campesinos con todas las dificultades que tienen a diario. A ser consciente del problema que sufren con las pérdidas de alimentos, algo para mí doloroso e inaceptable. En cada verdura que espigueo veo un ser humano que comerá. Quien me diga que la judía verde es muy cara, ¡la invitaría a venir a cosecharla!

He tomado mucha más conciencia y he cambiado mi forma de consumir. Ahora compro de proximidad y de temporada y, a poder ser, siempre directamente al campesino.

¿Recuerdas algún espigueo en especial?

Recuerdo uno que fue brutal para mí. Fue en mayo de este año, un espigueo de coles en Malgrat de Mar. Éramos unas doce voluntarias bajo un cielo negro muy amenazador. Llevábamos sólo unos 20 minutos espigando cuando el cielo se nos cayó encima. Muy empapados, llenos de barro y frío, ¡y la lluvia se intensificaba más y más! Decidimos parar y cobijarnos en el desayuno, a la espera de que dejara de llover.

¡Nadie pensó en marcharse! Hasta que tanto esperar, con más frío, la lluvia paró un poquito y todos nos dijimos: ya estamos empapados, sólo es agua, ¡vamos a espigar las coles! Espigamos los dos campos: ¡dos furgos llenas hasta arriba y todos más contentos que unas pascuas! ¡Con las furgos ya cargadas el sol apareció!

Completa la frase: “Debemos recuperar la cultura del aprovechamiento para que…”

Debemos recuperar la cultura del aprovechamiento porque el sistema de producción y de consumo actual es insostenible. Creo que debemos ir a un consumo y producción sostenible y responsable, donde se reduzcan las emisiones de CO2, el consumo del agua, los costes del transporte y los excedentes.

No os ocurre que cuando vais a comprar, por ejemplo, puerros, os preguntan: “¿Corto la parte verde?” ¡No, no, no! ¡Todo el puerro es comestible y aprovechable!

Ya para terminar, ¿querrías enviar algún mensaje a los voluntarios y voluntarias con los que has compartido espigueos?

¿Qué queréis que les diga yo a los espigadores y espigadoras que ellos no sepan? ¡Yo les diría a todos que somos gente muy bonita, con ganas de cambiar las cosas, con el entusiasmo de formar parte del cambio! ¡Yo diría que somos cojonudos! ¡Felicidades espigadores y espigadoras! ¡Nos vemos en los campos a por más aventuras!

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