Josep Miquel Fibla: «Lo ideal es que todo el mundo consuma de proximidad y de temporada: no habría que importar y así se protegiría a la agricultura local»

Recientemente desde la Fundación Espigoladors organizamos un espigueo en Bítem (Tortosa) para recoger naranjas en el marco de un convenio de colaboración con el IRTA para recuperar alimentos descartados del mercado y canalizarlos a entidades sociales durante los próximos tres años. Hablamos con Josep Miquel para indagar un poco más en las causas que provocan pérdidas de hasta del 50% de la cosecha junto con todos los recursos (agua, suelo) que se emplean en el cultivo.

Josep Miquel Fibla: «Lo ideal es que todo el mundo consuma de proximidad y de temporada: no habría que importar y así se protegiría a la agricultura local»

Josep Miquel Fibla, investigador del IRTA, explica les causas del ennegrecimiento de la naranja en Bítem (Amposta)

Conversamos con Josep Miquel Fibla, investigador del IRTA, sobre biodiversidad agrícola y pérdidas alimentarias

Josep Miquel Fibla es investigador del programa de fruticultura del Instituto de Investigación y Tecnologías Alimentarias (IRTA), un organismo perteneciente a la Generalitat de Cataluña que tiene como objetivo impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico en el ámbito agroalimentario en el campo catalán. Su especialidad son los cítricos y, como no podía ser de otra manera, desarrolla su labor en las Tierras del Ebro, una región que desde mediados del siglo pasado se ha especializado en este cultivo.

Recientemente desde la Fundación Espigoladors organizamos un espigueo en Bítem (Tortosa) para recoger naranjas, en el marco de un convenio de colaboración con el IRTA para recuperar alimentos descartados del mercado y canalizarlos a entidades sociales durante los próximos tres años. Hablamos con Josep Miquel para indagar un poco más en las causas que provocan pérdidas de hasta del 50% de la cosecha junto con todos los recursos (agua, suelo) que se emplean en el cultivo.

P: Josep Miquel, tu eres investigador del programa de fruticultura del IRTA. ¿En qué consiste este programa?

R: El programa de fruticultura del IRTA es un programa que hace muchos años se desarrolla en parcelas experimentales en Cataluña con el objetivo de introducir nuevas variedades de especies frutícolas en el territorio, para poder desestacionalizar su producción y alargar la temporada.

Josep Miquel Fibla en la parcela experimental del IRTA en Bítem (Amposta)

P: ¿En qué campos de Cataluña se desarrolla este programa? ¿Y en qué cultivos?

R: El programa de Fruticultura del IRTA se desarrolla desde hace muchos años en todo el país en diversos cultivos, principalmente de fruta dulce, pero en las Tierras del Ebro se desarrolla la Citricultura desde hace muchos años, y concretamente en la finca de Bítem, se ha hecho investigación sobre nuevas variedades de naranjas, las cuales muchas de ellas ya se han llegado a plantar en la comarca de manera comercial.

P: Recientemente el IRTA ha firmado un convenio de colaboración con la Fundación Espigoladors para espigar aquellos cítricos que ni siquiera se llegan a recoger porque quedan fuera del circuito comercial. ¿Cuáles son las causas de estas pérdidas en los campos del IRTA? ¿Cuántos alimentos se pueden llegar a perder?

R: Las pérdidas alimentarias en los campos de IRTA vienen causadas principalmente por dos factores: las plagas y los factores climatológicos, como por ejemplo las granizadas. Las plagas en particular están causando muchos estragos, porque este año los cítricos se ven atacados simultáneamente por tres especies de mosca blanca. Estos insectos no dañan la fruta per se, pero producen una melaza que atrae la fumagina, un hongo de color negro -de ahí el nombre popular de «negrita» – que ennegrece la fruta y, por tanto, hace que quede fuera del circuito comercial , aunque por dentro esté en perfecto estado.

En condiciones favorables a nuestros campos se puede llegar a perder hasta un 10% de la cosecha, pero cuando hay plagas o temporales estas pérdidas pueden trepar y sobrepasar el 50%.

P: ¿A qué cultivos afecta principalmente?

R: A los árboles frutícolas, como los cítricos (naranja, mandarina); también tenemos noticia de afectaciones a los campos de caquis de otros agricultores y agricultoras de la zona.

Naranja afectada por la fumagina

P: ¿Qué soluciones se han propuesto para hacer frente a estas pérdidas? Son definitivas?

R: En el caso que nos ocupa, desgraciadamente las soluciones que tenemos al alcance pasan por aprender a convivir con estas plagas y adaptarnos a ellas, mediante tratamientos más específicos. No tenemos alternativa, ya que estos problemas vienen dados por unas temperaturas cada vez más elevadas, producidas por el cambio climático, y la introducción de nuevas especies que rápidamente se adaptan a nuestro entorno pero a la vez son resistentes a los tratamientos que habíamos utilizado tradicionalmente.

Y tenemos que actuar deprisa: últimamente tenemos noticias de la aparición de especies invasoras como el cotonet de Sudáfrica, que está causando la pérdida del 100% del cultivo y supone un problema muy serio para la agricultura local.

P: ¿Tendremos que afrontar más problemáticas como ésta en un futuro cercano? ¿Hay alguna manera de evitarlas?

R: Tal y como están las cosas ahora, seguramente seguiremos enfrentándonos cada vez a más problemas como este. La solución pasa, por un lado, para que las administraciones hagan controles a las frutas y verduras que vienen de otros países para evitar la entrada de más especies invasoras. Lo ideal, sin embargo, es que todo el mundo consuma de proximidad y de temporada: si fuera así, no sería necesario importar y probablemente no correríamos tantos riesgos.

P: Estos días celebramos la Semana de la Naturaleza y, concretamente, el pasado 22 de mayo fue el Día Internacional de la Diversidad Biológica. En qué consiste la biodiversidad cuando hablamos de agricultura? ¿Qué relación tiene con la agricultura sostenible? ¿La diversidad de cultivos puede evitar las pérdidas alimentarias?

R: El término «biodiversidad» en agricultura implica muchas cosas. Podemos hablar de biodiversidad de fauna (es decir, aquellos insectos o animales que pueden ser beneficiosos o no para el cultivo) o de flora. Si favorecemos la diversidad podemos controlar las plagas de forma biológica y ahorrarnos muchos químicos; por no hablar de que cada vez tenemos que ajustar más el uso del agua y, en un contexto de cambio climático, necesitamos plantas que sean resistentes a las altas temperaturas para evitar futuras pérdidas causadas por la falta de riego. No obstante, siempre quedará algún resto… que puede ser aprovechado por proyectos como el de la Fundación Espigoladors.

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