El derecho a la alimentación saludable

Repasamos los aspectos clave de un derecho que aún no se cumple en el marco del Día Mundial de la Salud.

El derecho a la alimentación saludable

Repasamos los aspectos clave de un derecho que aún no se cumple en el marco del Día Mundial de la Salud

¿Qué es tener salud? «No padecer enfermedades», dirían algunas personas. Pero resulta que es mucho más que eso. Según la OMS, la salud es «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades«. Este bienestar, conmemorado cada 7 de abril en el Día Mundial de la Salud, está influido por diferentes circunstancias, entre ellas una alimentación adecuada que permita a nuestro cuerpo obtener los nutrientes necesarios para seguir funcionando.

Desgraciadamente hoy en día hay 690 millones de personas en el mundo que pasan hambre o inseguridad alimentaria, según la FAO, y 2.362 millones que, pese a tener acceso a alimentos, sufren malnutrición. Estos desequilibrios tienen consecuencias evidentes a nivel de salud: 1900 millones de personas adultas tienen sobrepeso o son obesas, mientras que 462 millones tienen insuficiencia ponderal, según la OMS. ¿La razón? La pobreza: las personas no tienen recursos per acceder a alimentos de calidad.

Estas cifras demuestran que el modelo económico actual no es capaz de proveer a la población de los recursos suficientes para subsistir, desarrollarse y mantener una buena salud. Al mismo tiempo, el capitalismo y la sociedad de consumo han demostrado ser dañinos para todos los ecosistemas, lo que compromete la supervivencia de todas las especies…incluida la de los seres humanos.

Por eso en 2015 las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un conjunto de metas globales a alcanzar por parte por de todos los países hacia el 2030. El segundo de estos objetivos es el de «hambre cero«: dicho de forma resumida, se trata de conseguir que todas las personas puedan ejercer, de forma efectiva, su derecho a la alimentación.

Sobre el derecho a la alimentación

Espigadoras voluntarias recogindo coles en Sant Boi de Llobregat (Barcelona)
Espigadoras voluntarias recogiendo coles en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) / Espigoladors

¿Qué es el derecho a la alimentación? Es un derecho universal ya recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, más específicamente, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Implica hasta 4 aspectos clave:

  1. El acceso a los alimentos debe ser universal para todas las personas, independientemente de su sexo, edad, origen, opinión política, religión, idioma y condición. Ningún individuo, grupo, organización, ley o entidad pública o privada puede interponerse en el ejercicio del derecho a la alimentación de las personas.
  2. La cantidad y la calidad de los alimentos deben ser los adecuados para alcanzar una vida digna, sana y activa. Esto incluye alimentos frescos, de temporada, de proximidad, ecológicos y agroecológicos.
  3. Los alimentos deben ser seguros para el consumo y estar libres de cualquier químico o patógeno que pueda poner en riesgo la salud de las personas que los consumen.
  4. Los alimentos deben ser asequibles económicamente y estar disponibles en comercios y mercados.

Para cumplir con estos aspectos es imprescindible que desde las instituciones se promuevan cambios políticos reales en favor de la soberanía alimentaria, es decir, el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas agroalimentarias de acuerdo con los principios de proximidad y sostenibilidad. Esto implica revalorizar no sólo los alimentos sino la agricultura, que es el sector que los produce. Los productores y productoras locales a día de hoy sufren dificultades por culpa del cambio climático, el coronavirus y, de forma más estructural, por las dinámicas de mercado, lo que destruye el tejido productivo y compromete la soberanía alimentaria de los diferentes estados.

Desde Espigoladors, nuestro objetivo es trabajar para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario, apoyar la agricultura local y ofrecer alimentos frescos y oportunidades laborales a los colectivos en situación vulnerable. Nuestra apuesta por la justicia social y alimentaria también implica una defensa de la salud de las personas y de los ecosistemas. Por eso aprovechamos la celebración del Día Mundial de la Salud para reivindicar el derecho a la alimentación saludable; seguiremos trabajando para cambiar el modelo económico y sustituirlo por uno más justo, digno y sostenible.